La colonización en suelo europeo. El caso de la Albania italiana
Colonization in Europe. The case of italian Albania
Luis Illanas García
UNED
Recibido: 24/09/2019; Aceptado: 16/12/2019
Albania es la tierra más incivilizada de Europa, esta es la razón por la cual ninguna potencia ha intentado colonizarla nunca1
Resumen
Este artículo quiere determinar, si la ocupación y posterior anexión de Albania, por la Italia fascista, constituye un caso de neocolonialismo en suelo europeo. Analizando los hechos, desde un punto de vista histórico, que condujeron a la ocupación de Albania, y determinar si los procesos políticos y sociales posteriores a la ocupación y anexión del país balcánico pueden extrapolarse a procesos similares en suelo europeo o en otras partes del mundo.
Palabras clave
Italia, Albania, Colonialismo, Fascismo, Europa.
Abstract
This article wants determine, if the occupation and subsequent annexation of Albania by Fascist Italy, constitutes a case of neo-colonialism in Europe. To analyse the facts, from a historical point of view, which led to the occupation of Albania, and to determine whether the political and social processes following the occupation and annexation of the Balkan country can be extrapolated to similar processes in Europe or in other Parts of the world.
Keywords
Italy, Albania, Colonialism, Fascism, Europe.
Precedentes
Albania se encuentra situada en la península de los Balcanes a orillas del mar Adriático. Es un país eminentemente montañoso que limita con Grecia, Macedonia del Norte, con Serbia a través del territorio autónomo de Kosovo y con Montenegro por el norte.
La región balcánica ha presentado siempre una gran diversidad, lingüística, nacional, étnica, eslavos, albaneses, turcos, griegos, marcada por una perenne inestabilidad política. Los Balcanes durante el siglo XIX y principios del XX se ven envueltos en diferentes conflictos regionales dentro de los procesos de emancipación del Imperio Otomano, de las que surgen a principios del XIX el principado de Serbia y el reino de Grecia. A finales de siglo se establecen el principado de Bulgaria y el principado de Montenegro sobre el territorio del antiguo principado de Zeta. Bosnia pasa a ser territorio administrado por Austria-Hungría, y anexionado al Imperio Habsburgo en las primeras décadas del XX.
Durante el congreso de Berlín la cuestión de Albania es considerada vital dado el rápido proceso de descomposición del Imperio Otomano, y la necesidad de contener la expansión por la región de Rusia, que busca una salida al Mediterráneo, o limitar el paneslavismo de Serbia, Montenegro o Bulgaria, convertido en un principado autónomo dentro del imperio Otomano. Albania es tratada como si fuese un territorio africano (Miranda Vickers, 1995: 34) y es considerada como una cuestión regional, hablando en términos geográficos, no como una realidad nacional. El declive del Imperio Otomano propicia que Albania, que había permanecido semi independiente de Constantinopla durante el gobierno de los Beys y los grandes Pashaliks, y que se encuentra en un estado de semi anarquía , trate de volver a control imperial debido al interés que muestran las potencias por la situación estratégica de la región. Se prohiben todo tipo de manifestaciones culturales albanesas y se impone la educación exclusivamente religiosa en turco, italiano o griego. En estas circunstancias el gobierno italiano comienza en 1876 a abrir las primeras escuelas italianas en la región de Shkodër.
Las consecuencias del Congreso de Berlín para Albania son, por un lado la propuesta de división del territorio con Grecia, que en plena expansión muestra su interés por una zona considerada griega, y el inicio de un proceso de helenización del sur de la región, como paso previo a un anexión del territorio. A esto se oponen los Beys, dependientes de Constantinopla y única autoridad de facto en Albania, que organizan junto a la Liga de Prizren la resistencia a la ocupación griega.
En el norte en cambio, los católicos y ortodoxos miran con recelo a la mayoría de musulmanes que forman la Liga de Prizren y la resistencia a la helenización y ocupación griega, de hecho son más favorables a unión con Serbia o Montenegro.
2. La independencia del Albania
A finales del XIX, la Liga de Prizren, a pesar del poco apoyo de los cristianos albaneses, pero con un ejército alimentado con desertores otomanos y gente expulsada de los antiguos territorios otomanos en Serbia y Bosnia, marcha hacia Kosovo y el Sanjacado de Novi Pazar, tomando Pristina, expulsando a lo poco que queda del funcionariado otomano y haciéndose de facto con el control del norte de la región. La respuesta de Constantinopla no se hizo esperar, un ejército marcha contra la liga, que es derrotada y sus líderes encarcelados. El Imperio retoma el control del norte de Albania al tiempo que otra organización nacionalista nace, esta vez aglutinando las demandas de cristianos y ortodoxos, la liga de Pec.
La situación de nuevo en Kosovo escapa al control de la administración otomana, se producen revueltas locales a las que el Sultán Abdul Hamid II responde con extrema dureza, al tiempo que las potencias, interesadas en la expansión balcánica, Austria Hungría y de ampliar su esfera de influencia, Italia, ponen los ojos en los Balcanes.
A comienzos del XX la inestabilidad sigue siendo endémica en la región, las naciones emancipadas durante el XIX continúan su proceso de expansión a costa del llamado enfermo de Europa, situándose el eje de acción en estos primeros años en Macedonia.
Macedonia pasa por ser la región estratégica más importante de los Balcanes, situada en el centro de la península balcánica cuenta además con el importante puerto de Tesalónica, lo que la convierte en pieza fundamental para cualquiera de sus vecinos, Grecia, Bulgaria y Serbia, interesados en erigirse como potencia dominante en la región. Macedonia es el más claro ejemplo de la heterogeneidad balcánica, cuatro religiones y siete etnias conforman la sociedad macedonia de la época (Miranda Vickers, 1995: 46).
Las sucesivas revueltas en la región, Kosovo y norte de Albania, ausencia de autoridad otomana y la presión de sus vecinos, llevan a la Puerta a autorizar el envío de tropas irregulares a Macedonia que restablezcan la autoridad imperial. Al mismo tiempo, Serbia, Grecia y Bulgaria financian guerrillas anti otomanas por toda la región, uniéndose a las partidas de albaneses en abierta revuelta contra Constantinopla. En este contexto se produce la revuelta de 1903 de los eslavos macedonios contra la dominación otomana que va a determinar decisivamente el futuro de una Albania independiente, ya que en los meses siguientes se van a producir en el norte de Albania numerosas revueltas contra la autoridad otomana que comienzan una espiral de expulsiones de gobernadores y altos funcionarios de Albania y la consecuente respuesta militar otomana durante los siguientes cinco años.
Los Jóvenes Turcos son un movimiento político, gestado a finales del XIX, de oposición al gobierno del Sultán Abdul Hamid II. Integra a jóvenes nacionalistas, educados en escuelas de corte occidental, partidarios de realizar las reformas políticas y sociales necesarias que aseguren la supervivencia del Imperio.
La creciente influencia de los Jóvenes Turcos en todos los ámbitos del estado los lleva a tomar el poder en 1908, siendo Albania un pilar fundamental de entre los apoyos con los que cuentan dentro del Imperio. Además de aportar 26 representantes en el nuevo parlamento, la nueva Constitución garantiza el uso de la lengua y alfabeto albanés, la libre circulación de periódicos y publicaciones en lengua albanesa y el regreso de los líderes políticos exiliados, además de otorgar al territorio una amplia autonomía.
Sin embargo, con la consolidación del poder de los Jóvenes Turcos, estos ponen en marcha una serie de medidas contrarias a las reformas prometidas, comenzando una otomanización de Albania dentro de una estrategia de fortificación del poder central del Imperio. Se impone de nuevo el turco como lengua en el ejército y en la administración y se suprime el uso del alfabeto latino.
La reacción en el norte de la región no se hace esperar, iniciándose una rebelión en Kosovo contra el gobierno de los Jóvenes Turcos, al tiempo que en toda Albania comienza a surgir un sentimiento de cohesión regional, escuchándose las primeras voces que hablan abiertamente de nación albanesa (Miranda Vickers, 1995: 59).
Las sucesivas revueltas en Kosovo son reprimidas con extrema dureza por el ejército turco, se cierran las escuelas albanesas y se detienen líderes nacionalistas de cualquier credo religioso por todo el país. La represión alcanza un grado tal, que Austria Hungría se ve obligada a declarar que se reserva el derecho a intervenir en Albania si se sigue amenazando a la población católica.
El nuevo Sultán, Mehmet V visita Kosovo y decreta una amnistía cuando el movimiento de resistencia a la autoridad otomana en este momento es imparable, impulsado por la declaración unilateral de independencia de Bulgaria y el apoyo de Serbia y Montenegro a los rebeldes en Kosovo.
La presión de Austria Hungría, Serbia y Montenegro sobre el gobierno otomano por la cuestión Macedonia, la independencia de Bulgaria y la rebelión en Albania, conducen a la formación de la Liga Balcánica por Serbia, Bulgaria Montenegro. Prestan apoyo económico y material a las guerrillas albanesas, al tiempo que acuerdan el reparto de Macedonia y la anexión de Kosovo y el norte de Albania a Serbia.
Finalmente, después de maniobrar diplomáticamente con las potencias occidentales, en especial con Austria Hungría, que contempla la posibilidad de anexionarse Kosovo como contrapeso a la influencia serbia en la región, el 8 8 de octubre de 1912 Montenegro ataca al Imperio Otomano a través de Albania como consecuencia de la ocupación de Skopje por rebeldes albaneses. Automáticamente Serbia, Bulgaria y Grecia declaran la guerra a Constantinopla, el ejército otomano colapsa y comienzan las negociaciones para establecer un alto el fuego. El 26 de noviembre en Vlöre Austria Hungría declara que la única manera de contrapesar a Serbia en la región es la creación de un estado en Albania. El 28 de noviembre se alza la bandera de Skanderbeg en Vlöre y se declara el estado de Albania.
Albania, codiciada por sus vecinos, surge, en este contexto, como la última nación balcánica en alcanzar la independencia del Imperio Otomano.
3. Una nueva nación
La articulación del nuevo estado es un asunto clave que definirá las alianzas futuras y el alineamiento en alguno de los bloques de alianzas sobre los que se conforma la diplomacia y la política europea. En este sentido todas las potencias apoyan la creación de un principado, pero difieren en quien ha de ser nombrado nuevo príncipe de Albania. Serbia, el Imperio Otomano e Italia abogan por Essad Pasha, miembro de la influyente familia Toptani y alto funcionario durante el gobierno otomano. Italia es una de las potencias que apoyan económicamente y más presionan diplomáticamente a favor de Albania mientras se definen las fronteras y la configuración del nuevo estado.
Austria Hungría, pensando siempre en contrarrestar la influencia de Serbia propone al príncipe alemán Guillermo de Wied, propuesta también secundada por Italia, que practica un doble juego diplomático destinado a aumentar su influencia en Albania.
Guillermo de Wied es nombrado Príncipe de Albania, pero su gobierno es efímero. Tras detener y exiliar a su influyente ministro de guerra e interior, Essad Pasha, se produce una sublevación encabezada por la familia Toptani. Unos meses después de ser nombrado príncipe de Albania, y tras enfrentarse a los Toptani y sus aliados, Guillermo de Wied abandona el país y renuncia a la corona.
Essad Pasha regresa a Albania para ponerse al frente del gobierno, se alinea con los aliados y declara la guerra a Austria Hungría, aunque de nuevo, se ve obligado a salir del país ante la ocupación austriaca.
En 1915 Italia bajo el pretexto de dar protección a ciudadanos italianos en Albania, Italia ocupa el importante puerto de Vlöre y la isla de Sazan en la bahía de Vlöre. En ese momento Albania, alineada con los aliados es campo de batalla entre serbios, montenegrinos, austrohúngaros y griegos. Posteriormente Bulgaria se uniría al desmembramiento de Albania.
Terminado el conflicto, Essad Pasha encabeza la delegación albanesa que negocia en París los tratados de paz que ponen fin a la guerra mundial. Antes de regresar a Albania es asesinado.
Durante las conversaciones de paz de París, sale a la luz el documento que ratifica el Pacto de Londres, por el que Italia accede a entrar en la guerra a cambio, entre otras condiciones, del reparto de Albania entre la misma Italia y Grecia. El Reino de Italia reclama en París la creación de un protectorado italiano en Albania al tiempo que se opone a cualquier reivindicación griega sobre territorio albanés. Además de razones de las razones de seguridad que alega el gobierno italiano, existen razones de índole económica, ya que tanto italianos como austrohúngaros son conocedores de las reservas minerales y potenciales de petróleo sin explotar que hay en la nueva nación (Miranda Vickers, 1995: 101).
Italia ocupa Albania a la espera de que se formalice un mandato que convierta el país en un protectorado bajo su mando. El gobierno albanés, ahora situado en Dürres, opera bajo la supervisión de la administración colonial italiana, por lo que es un simple títere del gobierno de Italia.
En este contexto se convoca una conferencia entre los grupos y organizaciones más destacados de la sociedad albanesa en Lushnjë. Esta conferencia trata de fortalecer, desde posiciones políticas comunes a los diferentes clanes albaneses, al gobierno de Durrës, para ello crea un nuevo órgano de decisión política, senado y acuerda trasladar la capital de Durrës a Tirana, una ciudad provincial considerada neutral para Ghegs y Tosks. Durante la conferencia de Lushnjë emerge la figura política de Ahmed Zogu, pariente de Essad Pasha y como el, miembro de la familia Toptani. Es nombrado ministro del interior en el gobierno de Suleiman Delvina.
La primera medida del fortalecido gobierno es enviar un ultimátum a las fuerzas de ocupación italianas para que abandonen territorio albanés, ultimátum que es ignorado por los italianos. A partir de este momento la situación se deteriora con rapidez para los italianos, que se enfrentan a una población hostil y a la malaria, dadas las deficientes infraestructuras con que cuenta el país. Italia abandona Albania a excepción de la isla de Sazan en la bahía de Vlöre.
4. Protectorado y colonización
A pesar de evacuar Albania, Italia ve reconocido por la Sociedad de Naciones, su derecho a ejercer una tutela efectiva sobre el gobierno de Albania, por considerar las costas de este país de especial interés para la seguridad del Reino de Italia. Por lo que los gobiernos albaneses ven enormemente limitada su capacidad de acción mientras Italia comienza a sentar las bases de una futura colonización penetrando en las estructuras socioeconómicas albanesas.
Durante estos convulsos años, la figura de Ahmed Zogu va creciendo a base de intrigas políticas y enfrentamientos entre los diversos clanes, tribu y grupos religiosos en Albania, simplificado en el enfrentamiento entre los Ghegs del norte y los Tosks del sur, y personalizado en el enfrentamiento entre Hassan Pristina y Ahmed Zogu por la cuestión de Kosovo, cuyo territorio concede la Sociedad de Naciones a Serbia y el
dominio de un gobierno Gheg liderado por Pristina. Este enfrentamiento se salda a favor de a Zogu y le va a conducir a asumir el cargo de primer ministro de Albania en 1922.
Durante dos años el gobierno de Zogu se enfrenta a una rebelión de los líderes kosovares del norte, que termina con la ejecución de nueve dirigentes de la revuelta, mientras las relaciones en el sur con la comunidad ortodoxa se van enrareciendo.
En agosto de 1923 se convocan elecciones para constituir una asamblea legislativa, la victoria de Zogu es endeble, necesitando pactar para formar gobierno y poder abordar cuestiones como la necesaria reforma agraria que tanto necesita el país, la necesidad de infraestructuras o afrontar el deterioro de la situación en el norte del país ante el cierre de fronteras con Yugoslavia y el desabastecimiento que azota la región. Al mismo tiempo se organiza en Tirana una conferencia que reúne a musulmanes de todo el país para debatir y discutir reformas sociales. Se llega a un acuerdo por el que desaparece el título de Bey y se eliminan la obligación de llevar velo para las mujeres y la poligamia.
Ante la debilidad del gobierno de Zogu surgido de las elecciones de 1923 la situación en todo el país se deteriora hasta el punto de que la oposición parlamentaria retira a todos sus representantes del parlamento tras el asesinato de su líder, lo que fuerza a Zogu en junio de 1924 a ofrecer a la oposición la formación de un nuevo gobierno. A este hecho siguen varias sublevaciones armadas en el norte, por la cuestión de Kosovo y en Vlöre, la posición de Zogu se debilita y se retira al exilio en Belgrado.
Fan Noli es elegido primer ministro y regente de Albania, accede al poder con la idea de modernizar, independizar y democratizar Albania. Para ello considera vital llevar a cabo la tan ansiada reforma agraria, realizando un reparto de tierras entre los campesinos y realizando un programa político de 20 puntos, considerado por la tribal sociedad albanesa como autocrático y demasiado radical. En política exterior rechaza una alianza con Italia, que se ofrece a modernizar y reorganizar las fuerzas armadas albanesas y reconoce a la URSS, por lo que Fan Noli es acusado de filocomunismo (Azcona 2016:83).
El 24 de diciembre de 1924 una fuerza de mercenarios pagados por Yugoslavia y miembros de la tribu Mati, a la que pertenece Zogu, comandados por este, entran en Tirana forzando a Fan Noli huir y a refugiarse en la Italia de Mussolini.
Zogu proclama una nueva república, se declara Tirana capital oficial de la república y de elimina el consejo de regencia del país. Declara el estado de excepción en todo el país hasta que se redacte una nueva constitución. Elimina a la disidencia política y a la oposición desatando una campaña de asesinatos selectivos de líderes opositores por todo el país. Zogu se apoya en los grandes terratenientes y en los líderes tribales. En la práctica Albania es víctima de un régimen clientelar y autoritario.
Yugoslavia, principal poyo exterior del nuevo régimen se ve incapaz de seguir financiando al gobierno de Zogu, por lo que empuja a este a un acercamiento a Italia. Italia y Albania firman un acuerdo comercial que concede a Italia el monopolio del transporte comercial en Albania, así mismo concede un crédito al Banco Nacional de Albania y financieros italianos pasan a controlar este organismo. Se crea la Sociedad para el desarrollo de Albania para canalizar la financiación italiana y se firma un nuevo acuerdo en materia militar por el que Italia garantiza la independencia de Albania y se reserva el derecho a intervenir en el país en caso de agresión. Italia sienta las bases de una futura ocupación de Albania garantizando la supervivencia del régimen de Zogu. La Sociedad de naciones no ve ningún riesgo para Albania, algo que no pasa desapercibido para algunos de los asesores británicos con que cuenta el gobierno albanés (Miranda Vickers, 1995: 115).
Un año más tarde la ruptura de relaciones diplomáticas con Yugoslavia y la crisis con Grecia por la población musulmana albanesa deportada a Turquía llevan a Zogu a firmar el segundo Tratado de Tirana, por el que se establece una misión permanente italiana en Albania y se agregan oficiales italianos a las unidades albanesas.
Tras firmar este tratado Zogu ratifica la nueva constitución que le confiere poderes casi absolutos. Se prohíbe portar armas a todos los ciudadanos excepto a la tribu de Zogu, los Mati y a algunas tribus y clanes vecinos y se realizan tímidos intentos de reforma agraria tratando de ganar tierras de labor. Sin embargo la situación en Albania sigue deteriorándose y la popularidad de Zogu y su régimen está bajo mínimos, por lo que en un intento de reforzar su posición política y de permanencia en el poder, decide convertir Albania en una monarquía y adoptar el título de rey, Zog I de Albania.
Se declara Albania estado aconfesional, se proclama la separación de poderes y se define como monarquía hereditaria, constitucional y democrática
5. Los fundamentos de la colonización
Durante las primeras décadas del XV Gjon Kastrioti lidera la resistencia de los clanes albaneses al dominio otomano. En esta situación, Gjon envía como rehén a si hijo Gjergi a la corte del sultán en Adrianópolis. En la corte Gjergi renuncia al cristianismo y a su nombre cristiano, adoptando el nombre otomano de Iskender. Como parte de su educación es adiestrado como oficial del ejército otomano, donde sirve hasta alcanzar el título de Bey. Iskender bey, nunca fue, durante estos años ajeno a la situación en su feudo albanés, siendo invitado en numerosas ocasiones a abandonar el ejercito otomano y unirse a la rebelión.
Tras la derrota otomana en Nis en 1443, Iskender bey, o Skanderbeg renuncia al Islam y se une a los rebeldes albaneses liderando la revuelta hasta su muerte.
Durante 25 años, en inferioridad numérica y material se enfrenta con éxito a los ejércitos otomanos. Mure en Lezhë en 1468, pasando su hijo Gjon a liderar a los seguidores y feudatarios de Skanderbeg. Gjon, demasiado joven para asumir tal responsabilidad determina cruzar con su gente hasta la península Itálica, ayudado por las potencias dominantes en la zona, el Papado, interesado en contener el Islam, la República de Venecia que se expande por el litoral Adriático y el Reino de Nápoles, que en ese momento se encuentra dividido entre angevinos y aragoneses. Es precisamente, el conflicto en este reino, el que va a determinar el destino de los albaneses en Italia, pues se alinean en el lado aragonés, a la postre, vencedor, siendo recompensados por Alfonso el Magnánimo con tierras para asentarse en las provincias del sur de la península y Sicilia y el derecho a mantener lengua y costumbres.
A finales del XVIII la comunidad Arbëreshë se situaba en torno a unas 100.000 personas, repartidas por el sur de Italia, manteniendo, como les había concedido el Magnánimo, lengua y costumbres.
Como vemos la idea de la colonización de Albania surge de la expansión veneciana por el litoral Adriático durante los siglos XIV y XV, pero es durante finales del XIX y principios del XX cuando se desarrolla esta idea con más fuerza.
Con el fin de restar influencia a Rusia como potencia paneslavista en la región y de acelerar la desintegración del Imperio Otomano, Italia y Austria Hungría acuerdan un reparto de los Balcanes de acuerdo con sus respectivos intereses y áreas de influencia. Italia reconoce en Albania como región estratégica a través de la cual controlar ambas orillas del Adriático. Italia interviene en del lado griego en la guerra entre Grecia y el Imperio otomano de 1897, apoyando la ocupación griega del sur de Albania y mostrándose además favorables a una intervención en Macedonia.
Italia es en estos años la gran difusora de la cultura albanesa en Europa, apoyando la creación de escuelas en lengua albanesa en su territorio e impulsando la creación de un alfabeto propio, dado que en Albania tanto las autoridades otomanas como las autoridades religiosas ortodoxas, interesadas en acelerar el proceso de aculturización del sur de la región que conduzca finalmente a una anexión griega, prohíben cualquier demostración cultural propiamente albanesa, como la creación y difusión de un alfabeto propio. La comunidad Arbëreshë desde el sur de Italia, ajena a las influencias tanto griegas como otomanas impulsan decisivamente en este momento, apoyadas por las autoridades italianas, interesadas en una Albania independiente tutelada por Italia.
Es a partir de la independencia de Albania cuando Italia centra toda su actividad diplomática en el joven país del Adriático, considerado de extrema importancia estratégica para el Roma.
En el periodo de entreguerras Italia se lanza de nuevo, avalada por la victoria en la guerra y por el sueño imperial fascista, hacia la búsqueda de territorios por los que extender su influencia. Con la llegada al poder Benito Mussolini y el partido fascista se renueva el interés en Albania, anteriormente en África se ocupan Eritrea y Somalia a finales del XIX, y Libia en 1912, arrebatada al Imperio Otomano. En Europa consecuencia del final de la Guerra Mundial se legitima la ocupación del Dodecaneso y Rodas, ocupadas tras la guerra de Libia.
Con el advenimiento del Imperio fascista se barajan varias opciones como parte de la política de expansión del Reino de Italia, como establecer una colonia en Yemen, planes que se descartan ante el riesgo de conflicto con el Reino Unido. Durante la década de los 30, mientras Italia profundizaba en su relación con Albania, en África, intentaba de nuevo la anexión de Etiopía, después del fracaso que supuso la humillación de Adua. Etiopía es anexionada en 1936, lo que implica severas sanciones a Italia por parte de la Sociedad de Naciones.
En Roma Galeazzo Ciano, ministro de exteriores del gobierno fascista y yerno de Mussolini aboga por una anexión total de Albania. Las razones que da surgen de la imagen distorsionada que tiene del país, interpretando que la natural belicosidad albanesa y propensión a la revuelta y la protesta son en realidad fruto del descontento contra el rey Zog I, y, que la población local es totalmente pro italiana. Ciano calcula que Albania podría proveer de tierras de labor a dos millones de italianos.
A finales de 1926 Italia comienza a enviar los primeros 300 (Miranda Vickers, 1995:115) colonos a Albania con el cometido de desarrollar proyectos de infraestructuras básicas, carreteras, instalaciones portuarias o puentes, también se invierte en instalaciones manufactureras de bienes básicos.
Con la llegada de la monarquía, el gobierno italiano aumenta la financiación del régimen de Zog para transformar Tirana en una capital moderna. Italia, destaca funcionarios dentro del ministerio de educación albanés con el fin de introducir el italiano como segunda lengua del país e impulsar la cultura italiana en Albania, en un claro ejemplo de influir, no solo diplomáticamente si no, culturalmente en Albania, elemento clave dentro de la estrategia diplomática italiana (Azcona 2016:27).
6. La colonización de Albania
A comienzos de los 30 los italianos están firmemente asentados en Albania, controlando las estructuras de poder y con una masa de colonos propietaria de tierras dedicados al desarrollo agropecuario. El exceso de influencia italiana en todos los aspectos políticos, culturales y sociales en Albania deterioran la situación al punto de elevar una queja el gobierno en la figura de su rey, al gobierno italiano. Roma replica con la demanda de satisfacción de todos los créditos otorgados desde 1924. Ante esta situación Zog I solicita financiación urgente a la Sociedad de Naciones, que la niega aduciendo la humillante dependencia del régimen de Zog I del Reino de Italia. Así pues al rey no le queda más remedio que solicitar a Italia nueva financiación a cambio de supeditar en mayor grado la política albanesa a las necesidades de Italia y admitiendo más colonos italianos en las nuevas tierras de labor, convirtiendo de facto Albania en un protectorado italiano.
Sin embargo Zog siente la amenaza que representa Italia y trata de presionar instigando protestas anti italianas. Se despiden asistentes italianos, y para comienzos de 1933, cuando el italiano es la segunda lengua del país y es obligatorio en todas las escuelas el gobierno pone bajo su control todas las escuelas de Albania, imponiendo de nuevo la educación en albanés y cerrando escuelas ortodoxas y católicas. Estas medidas se vuelven contra el gobierno al elevar una queja ante la Sociedad de Naciones la minoría griega del sur del país al ver violados sus derechos. El gobierno responde deteniendo a los líderes de las comunidades griegas, tensando aún más las relaciones entre el reino de Grecia y el de Albania y ordenando el asesinato de opositores al gobierno de Zog I (Miranda Vickers, 1995: 127).
Es en este momento cuando Italia decide cortar toda asistencia económica y retirar a todo su personal de Albania pero manteniendo la presión diplomática e incluso realizando demostraciones de fuerza en la costa albanesa (Miranda Vickers, 1995: 127), pero los intentos de Mussolini de amedrentar al gobierno albanés son infructuosos.
El descontento con el gobierno de Zog en Albania es creciente y se producen algunas algaradas rápidamente sofocadas por el ejército. Zog trata de liberalizar y abrir el régimen, pero la incapacidad para implementar la ansiada reforma agraria, la inestabilidad y la corrupción llevan al rey a decretar la censura en la prensa, la supresión de los partidos políticos y en consecuencia a un endurecimiento de las leyes. En marzo de 1936 Zog cede a la presión italiana y firma un nuevo acuerdo de colaboración con el gobierno fascista. Se renuevan las concesiones italianas existentes en Albania y se otorgan nuevas, se vuelven a abrir las escuelas católicas en lengua italiana y se impone un nuevo modelo educativo (Azcona 2016:28), permitiéndose la llegada de profesores italianos. Se establece una base naval italiana en el puerto de Durrës, se amplía el tratado de libre comercio entre ambas naciones y se sitúan en mayor número asesores italianos en las estructuras civiles y militares del estado.
Bajo la influencia italiana Zog trata de modernizar el país al estilo occidental, endurece las leyes concernientes al velo en las mujeres, se implementan medidas que castigan las ofensas a las mujeres, se establecen códigos de vestimenta para fomentar el uso de prendas de estilo occidental y se implementan medidas de uso doméstico.
El plan inicial para la invasión y anexión de Albania pasa por dividir el país en dos partes, una pasará a formar parte de Italia y la otra pasaría a Yugoslavia, cuyo gobierno rechaza la idea dado el gran número de albaneses que residen en el país y la consideración que sobre ellos tienen como gente problemática.
Fracasado este plan, se prepara un secuestro de los reyes de Albania que desestabilice aún más el país y la ocupación sería el pretexto para garantizar de nuevo la estabilidad y el orden en Albania. El plan fracasa ante la negativa del rey Zog I a aceptar una invitación del gobierno italiano para navegar en un barco de tripulación italiana hasta Venecia para realizar una visita de cortesía. Una vez en Venecia sería detenido e Italia daría paso a la ocupación de Albania.
A mediados de 1938 casi doscientos mil italianos trabajan o están asentados en Albania, ocupados fundamentalmente en desarrollo de infraestructuras de transporte y agropecuarias, el 90% de la economía albanesa depende de Italia (Miranda Vickers, 1995: 130). En Roma se discute sobre la conveniencia de atacar Albania ante las dificultades de ocupar el país pacíficamente, postergándose la decisión por el temor del gobierno italiano a una mala reacción alemana. Por lo que se decide esperar hasta enero o febrero de 1939. La ocupación alemana de Checoslovaquia supone la luz verde para la ocupación y anexión de Albania. El 25 de marzo de 1939 Mussolini envía un ultimátum al gobierno albanés exigiendo un protectorado sobre Albania, incluyendo el acantonamiento de tropas italianas en suelo albanés.
La reacción de Zog I es la de esperar acontecimientos y dilatar la decisión lo máximo posible, sin embargo el 5 de abril la flota italiana llega a la costa de Albania y aviones italianos sobrevuelan territorio albanés. El 7 de abril, ante el silencio del rey de Albania, la flota y la aviación italianas comienzan el bombardeo de Albania, mientras cuarenta mil soldados italianos desembarcan en Vlorë. La resistencia es corta e infructuosa. Zog I resuelve la imposibilidad de liderar una resistencia en forma de guerrilla desde el norte, por lo que decide abandonar el país camino de Grecia con la reina y el recién nacido príncipe heredero Leka. El ejército albanés entrega las armas entre el la noche del 7 y la mañana del 8 de abril.
7. La ocupación italiana
La primera medida de las autoridades italianas es desmantelar el aparato estatal albanés. Se proclama la abolición de la monarquía y se instala un gobierno títere al frente del que está el ex primer ministro Shefquet Vërlaci.
La administración albanesa y la italiana se unifican y pasan a depender directamente del gobierno de Roma, Vërlaci es nombrado senador del parlamento italiano, y como jefe de gobierno de Albania, ofrece la corona del país a Victor Manuel III, que la acepta en nombre de la amistad de los dos países.
Para completar la ocupación de Albania, miles de colonos italianos se asientan en la costa. De Albania solo quedan la bandera, el nombre y el idioma.
Los italianos, ante la abierta hostilidad de la población, ocupan las ciudades de la costa dejando en el interior guarniciones que aseguren las comunicaciones, apoyadas por líderes locales afectos al nuevo gobierno fascista. El país es gobernado en nombre de Victor Manuel III por un teniente general del Regio Esercito, y como ocurre a nivel provincial, se apoya en un ejecutivo formado por ministros albaneses afectos al régimen fascista, supervisados por asesores italianos.
Se forma el partido fascista albanés, controlado por Roma, el poder ejecutivo recae en el rey Victor Manuel III y el legislativo, igual que en Italia en el Consejo Supremo Fascista de Albania. Todas las leyes han de ser sancionadas por el rey, que dota al país de una nueva constitución. Los gobiernos locales se forman con funcionarios y personalidades locales.
La resistencia se va diluyendo a medida que aumenta la presión militar y policial italiana. Se hacen demostraciones de fuera y se detiene arbitrariamente por las calles como advertencia a la población.
Durante estos primeros meses, las autoridades italianas centran sus esfuerzos en la construcción y mejoras de infraestructuras de transporte, construyendo una moderna autopista hacia la frontera yugoslava y otra hacia Grecia.
En octubre de 1940 el gobierno italiano, aduciendo razones de protección de la minoría albanesa en Épiro, envía un ultimátum a Grecia. Horas después del envío de este ultimátum, Italia invade Grecia.
La invasión de Grecia es el principio del fin para Italia en los Balcanes. Con extrema facilidad los griegos rechazan a los italianos y con la intención de anexionarse el sur del país, penetran profundamente en Albania, tomando Korçë y Girokaster, precipitando en abril la entrada en guerra de Alemania contra Grecia y Yugoslavia.
En Yugoslavia los italianos entran apoyando el ataque alemán, para ello aprovechan la oportunidad que brinda Kosovo. Mussolini considera que del mismo modo que la minoría alemana en los Sudetes actuó ante la invasión alemana, pueden hacerlo los kosovares apoyando a los italianos. El gobierno italiano promete a la población local la ansiada unificación con Albania. En 1941 el tratado de Viena ratifica la ocupación italiana de Kosovo y la unión con Albania, convirtiendo a todos los habitante de Kosovo, incluidos los eslavos, en albaneses (Carlos Taibo, 1999:37). La noticia recibida con alegría en la región, ya que consideran la ocupación italiana una liberación. En este momento de la guerra, salvo Kosovo, toda Albania es hostil al gobierno italiano, y los levantamientos y los ataques guerrilleros crecen por todo el país. Paradójicamente Italia, al anexionarse Kosovo y las partes de Yugoslavia de mayoría albanesa, así como las zonas de Grecia donde también son mayoría los albaneses logra unificar por primera vez la Gran Albania, como paradójico es que sea Kosovo donde se formen los primeros batallones partisanos de comunistas albaneses.
8. La liberación de Albania
Crece la oposición armada a la ocupación italiana y por todo el país surgen çetas, pequeñas partidas armadas pertenecientes a diferentes organizaciones políticas o locales, para enfrentarse a los italianos. Solamente en 1940 se producen se levantan cerca de 10 mil albaneses en los distritos de Mat y Mirditë (Miranda Vickers, 1995: 137). A finales de 1941 los enfrentamientos con policía y ejército italiano en las grandes ciudades son diarios. En noviembre de este año, por iniciativa de Tito, dos delegados del partido Comunista yugoslavo entran en Albania para tratar de organizar el partido desde la pequeña base intelectual que conforma el reducido grupo de comunistas en Albania, la mayoría estudiantes provenientes del sur del país. A finales de marzo de 1942 hay formadas células del partido por toda Albania , y es designado por los yugoslavos, Enver Hoxha, como secretario general del partido. Al mismo tiempo se forma en Kosovo el primer batallón de partisanos pertenecientes al Partido Comunista de Albania. Los éxitos iniciales de los partisanos en Kosovo propician el rápido crecimiento de la unidad, que rápidamente se divide en dos unidades, que operan por separado en cada una de las dos provincias en que se divide el territorio, Kosovo y Metohija. Paralelamente a la organización y estructuración del Partido Comunista de Albania a finales de 1941, surgen dos organizaciones, políticamente conservadoras, de resistencia a la ocupación, lideradas por dos exoficiales de ejército y policía, Muharren Bajraktari y Mislym Peza.
El aumento de la actividad partisana por toda Albania, la mejora de las organizaciones y su efectividad, llevan a la autoridad italiana al borde del colapso cuando se frustra un intento de asesinato contra el primer ministro títere albanés, Mustafá Kruja. Los italianos aumentan las medidas represivas contra la población civil, tratan de blindar Tirana, y para ello decretan a mediados de 1942 el estado de sitio en la capital. Entre otras medidas se prohíben los grupos de más de 5 personas en las calles y se autoriza a la policía a retirar los velos de las mujeres para identificarlas. A finales de verano de 1942 Italia solamente es capaz de controlar las grandes ciudades.
En agosto en Elbasan una gran manifestación contra la ocupación es reprimida con gran dureza por los italianos, se producen detenciones masivas por toda la ciudad, y, en respuesta a esta demostración popular en Elbasan y al aumento de la actividad partisana, el ejército italiano arrasa la localidad natal del coronel Bajraktari. Las poblaciones vecinas corren la misma suerte, se acusa a la población de colaboración con los partisanos. Tras estos acontecimientos, se incrementan el número de efectivos militares en las ciudades en un intento de asegurarse al menos el control de estas. Sin embargo las demostraciones de resistencia no cesan, a pesar de hechos, como el asesinato de 13 estudiantes durante una manifestación en Tirana por disparos del ejército.
En septiembre de 1942 el Partido Comunista convoca a una reunión a los diferentes líderes partisanos, de çetas y organizaciones de resistencia, cerca de Tirana. Se convoca a todo tipo de organizaciones, sin distinción religiosa o política, incluyendo nacionalistas, conservadores o líderes locales (Anastasi Prodani, 2013). Asesorados por delegados comunistas yugoslavos se unifican todas las organizaciones de resistencia formando el Frente de Liberación Nacional, FNÇ. El Partido Comunista es la organización preponderante dentro del FNÇ debido a que a nivel organizativo es el grupo mejor estructurado y cohesionado de todos los que forman la nueva organización.
Las çetas y las grandes agrupaciones de partisanos, ya bajo la bandera del FNÇ, comienzan a operar por todo el país a comienzos del 43, las çetas operan mayoritariamente en el norte, donde el FNÇ tiene menor implantación por la estructura social tribal y al aislamiento debido a la orografía de las comunidades allí asentadas.
La formación del FNÇ tiene una primera consecuencia, y es la organización de las fuerzas más conservadoras, nacionalistas y abiertamente anti comunistas, que se han negado a formar parte del FNÇ, en un nuevo grupo, el Balli Kombetar, el BK. No reconocen al FNÇ y son partidarios de una república basada en la estructura política heredada de los italianos, incluyendo la anexión de Kosovo, también se oponen la vuelta de Zog a Albania. El BK aboga por la resistencia pasiva, preparando sus fuerzas para el conflicto que previsiblemente se desatará cuando italianos y alemanes colapsen definitivamente. El ideario del BK está plasmado en los 10 puntos, abogando por una Albania étnicamente pura (Robert Elsie, 1942 Balli Kombëtar: The Ten-Point Programme). La segunda consecuencia, es la caída del gobierno colaboracionista albanés derivada del reconocimiento aliado al FNÇ en diciembre de 1942 y el comienzo de los envíos de material militar y misiones de apoyo, propiciando que meses más tarde, en marzo del 43, comiencen los enfrentamientos entre el BK y el recién constituido Ejército Albanés de Liberación Nacional (EALN), ya comandado por Hoxha, elegido ese mismo mes secretario general del partido comunista por los delegados de las agrupaciones albanesas del partido. El EALN, de nuevo, es organizado por delegados enviados por Tito, a imagen y semejanza del Ejército de Liberación Nacional de Yugoslavia.
El EALN opera en Kosovo junto con los partisanos de Tito, aunque estos recelaban de los albaneses, temiendo que intentasen segregar la región de nuevo para anexarla a Albania. Recelos compartidos por los kosovares, que mayoritariamente no se oponían a la ocupación italiana. La represión de los ocupantes ante la gran actividad partisana y las sospechas de colaboracionismo, entre la población civil, decanta la balanza del lado albano yugoslavo, que comienza a contar con el mayoritario apoyo de la población civil de Kosovo. En el centro de Albania, la situación es más benigna, con continuas victorias partisanas que rompen la resistencia italiana una y otra vez, a la vez que se suceden los episodios de represión indiscriminada entre la población civil (Miranda Vickers, 1995: 143).
Ante la inminente capitulación italiana, los aliados tratan de evitar el evidente conflicto civil entre el FNÇ y el BK, para lo que organizan una reunión entre dirigentes de ambas organizaciones. La intención de los aliados era asegurar la victoria en Albania, antes que la organización de un gobierno más cercano a Londres y Washington que a Moscú. Ambos grupos coinciden en una Albania de postguerra donde se incluya Kosovo y alcanzan un principio de acuerdo. Sin embargo el acuerdo no prospera dada la influencia de los comunistas yugoslavos en el FNÇ. Tito no deseaba en ninguna circunstancia la segregación de Kosovo, menos integrado en Albania. Ante la ruptura del acuerdo, el FNÇ se fracciona, desgajándose una organización monárquica, que pretende la vuelta del legítimo rey, Zog I al país. Este grupo, denominado Legaliteti cuenta con una amplia mayoría de apoyos en el norte, entre los Ghegs, que recelan del FNÇ, donde los Tosks son mayoría.
El 8 de septiembre de 1943 Italia capitula y el ejercito italiano en Albania se rinde a los alemanes que retirándose de Grecia y Macedonia habían penetrado en Albania. Se establecen, al igual que los italianos en las grandes ciudades, para controlar el resto del país hacen concesiones a líderes locales y grandes propietarios y se atraen al BK y a los líderes ghegs y kosovares asegurando la permanencia de Kosovo en Albania. Establecen un consejo de regencia y reinstauran la constitución anterior a la guerra, procurando así atraer a Legaliteti a la órbita alemana. Sin embargo las medidas represivas alemanas son brutales, similares a las llevadas a cabo en Yugoslavia, estableciéndose la cifra de 100 civiles ejecutados por cada alemán muerto por los partisanos (Miranda Vickers, 1995:145), sin distinción de género o edad. A otoño de 1943 la guerra civil entre los colaboracionistas del BK y el FNÇ es un hecho. En noviembre los alemanes lanzan una gran ofensiva anti partisana en el centro del país, tratando de obligar al EALN a retirarse hacia el norte, donde los alemanes saben tienen escaso apoyo. El FNÇ, rompiendo el cerco alemán se refugia en las montañas al sur del país, aprovechando la llegada del invierno para reorganizarse y concentrarse. Así, en abril de 1944, habiendo alcanzado el máximo nivel operativo lanzan una ofensiva generalizada en toda Albania. La contraofensiva alemana de mayo es el último esfuerzo alemán por doblegar la resistencia albanesa. El EALN presiona a los alemanes hacia el norte, y en el verano, apoyados de manera entusiasta por la población, consiguen encerrar a los restos del ejército alemán en las escasas zonas que aún controlan. No se detienen a cercar a los alemanes, progresan hacia el norte, donde ya sin oposición someten a las tribus Ghegs aboliendo las leyes tradicionales y terminando con el sistema feudal que de facto rige en la región. El EALN sigue progresando hacia el norte, persiguiendo a alemanes y colaboracionistas del BK, penetrando profundamente en Yugoslavia, liberando Kosovo y combatiendo en Bosnia y el Sanjacado. Tirana es bombardeada por los británicos desde su bases en Italia y en noviembre, es rodeada por efectivos del EALN y cercada. Cae el 17 de noviembre de 1944. A finales de mes los restos del ejército alemán abandonan definitivamente Albania seguidos por sus aliados del BK y otras organizaciones y grupos colaboracionistas, como los cham greco albaneses.
El diseño del futuro estado de Albania comienza también, en mayo de 1944 cuando en una conferencia con el Comité Antifascista de Liberación de Yugoslavia, el FNÇ sienta las bases, al margen de las consideraciones de los aliados, de la Albania de postguerra, incluyendo un borrador de la futura Constitución y el establecimiento de un plebiscito sobre el futuro sistema de gobierno en Albania, rechazándose la vuelta de Zog. Tanto el BK como Legaliteti creían que los aliados nunca permitirían un gobierno socialista en la nueva Albania, sin embargo, la política de los aliados en Albania era errática para con las organizaciones conservadoras, concentrados en ese momento en la definitiva derrota alemana. Mientras tantos siguen suministrando equipamiento, armas y asesoramiento militar al FNÇ, con el que las relaciones son buenas a pesar de las divergencias operativas. El FNÇ quiere derrotar a alemanes y a sus apoyos internos en Albania, para ello considera que estando la victoria al alcance de la mano, se deben respetar determinadas infraestructuras imprescindibles en la Albania de postguerra, que los aliados consideran hay que destruir para negar su uso al ejército alemán en Albania. Yugoslavia también desconfía de las intenciones aliadas con respecto a Albania, para la que de acuerdo con sus intereses han trazado su propia agenda. Moscú se desentiende de la cuestión albanesa. En octubre de 1944, un mes antes de la retirada alemana, el Consejo Antifascista de Liberación Nacional es elegido gobierno de provisional, en el marco de la segunda reunión nacional del FNÇ en Berat. Finalmente el BK y Legaliteti, derrotados por el FNÇ desaparecen, sus líderes se exilian, sin reconocer la legalidad del FNÇ pero sin constituir ningún tipo de alternativa en el exilio al nuevo gobierno.
En la conferencia de París el FNÇ es reconocido el único interlocutor válido para decidir el futuro de Albania.
Bibliografía
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Azcona Pastor, JM, De Hispanoamérica a Albania. Madrid, Sílex ediciones, 2016.
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Estermann, J., «Colonialidad, descolonización e interculturalidad», Polis núm. 38 Pueblos indígenas y descolonización, Centro de Investigación Sociedad y Políticas Públicas, 2014.
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www.guerracolonial.es
William Miller. Periodista inglés testigo de los acontecimientos que llevaron a Albania a su independencia. ↑